LA HISTORIA DE I.: PRIMERA PARTE - LA ILUSIÓN
Caraqueña
de nacimiento y única hija del matrimonio de sus padres, la historia
de I. comienza hace 27 años en la localidad de Palo Verde (Caracas).
Como
hija única, a veces se aburría sola en casa y fantaseaba con tener
un hermano para jugar. La verdad es que siempre supo de la existencia
de su medio hermano mayor (fruto de una relación anterior de su
padre), quien le llevaba 20 años y vivía desde hacía mucho tiempo
en Brisbane, Australia. Así que la joven I. pasaba parte de su
tiempo imaginando que iba a Australia a conocer a los canguros, a los
koalas y, por supuesto, a ese anhelado hermano mayor.
El
tiempo siguió corriendo, y la jovencita creció. Terminó sus
estudios y se graduó de economista en la Universidad Central de
Venezuela. Trabajó en un importante Banco venezolano, evaluando
riesgos de crédito para empresas. Si bien muchas cosas habían
cambiado desde que era niña, la única cosa que seguía en pie era
poder ir a Australia. Claro que le encantaba el país, las
condiciones de vida y todo eso. Pero la motivación que impulsaba ese
sueño era la de encontrarse con ese pedazo de su familia que le
faltaba para completar el rompecabezas que se había armado desde tan
pequeña en su cabeza: su hermano mayor.
Lamentablemente
para I., la realidad probó ser muy distinta de la fantasía, como
veremos a continuación.
Como
varios de los casos que hemos relatado anteriormente, I. también
sintió la necesidad de emigrar a medida que la situación política
y socioeconómica en Venezuela recrudecía y vio sus expectativas de
tener un buen futuro cada vez más lejanas. El sueño de Australia
tomó aún más fuerza, y fue así como tomó la decisión de
cristalizar ese deseo. Un día de Enero de 2014, compró el pasaje
más barato de avión que consiguió para la ciudad de Brisbane. El
vuelo tendría 5 escalas, y pasaría alrededor de 5 días viajando
desde Caracas a Brisbane. Pero esos pequeños detalles no cuentan a
la hora de cumplir tu gran sueño.
Australia ha sido uno de los países que más a acogido emigrantes venezolanos en los últimos años. No hay duda que la ciudad de Brisbane será un gran destino para I.
I.
siempre tuvo cabeza para el dinero. Se podría decir que nació con
ese talento. Más adelante, lo canalizó en su profesión, y dentro
de poco tiempo tuvo amasado un capital suficiente como para
sostenerse un tiempo en Australia. Sin embargo, ella quería seguir
su preparación académica, por lo cual intentó obtener la
aprobación de CADIVI (organismo regulador de las divisas extranjeras
en Venezuela), para poder acceder a la cantidad de dólares necesaria
para cubrir su maestría. Lamentablemente, corría el año 2014, y
para ese entonces, ya el organismo no estaba aprobando divisas para
hacer estudios en el exterior… cosa que la institución le hizo
saber a menos de un mes de su viaje, cuando ella ya tenía la visa de
estudiante australiana, un compromiso de pago de 33.000 dólares
australianos con la universidad, y menos de la mitad de esa cantidad
para cubrir la deuda con la universidad y mantenerse hasta que
consiguiera un trabajo allá.
Afortunadamente,
I. contaba allá con su hermano, quién casualmente regentaba una
residencia para estudiantes, y le había dicho que le reservaría una
habitación –por la cual ella iba a pagar exactamente el mismo
precio que el resto de los inquilinos–, y al menos sabía que tenía
un lugar a donde llegar, y alguien que la orientaría para poder
comenzar a buscar trabajo y pagar la elevadísima deuda que había
contraído con la universidad incluso antes de empezar su postgrado.
Aparte, qué emoción finalmente poder tener una relación fraterna
con ese hermano mayor que tanto deseó que pudiera estar presente en
su infancia. En fin, a pesar del aprieto económico en el que se
encontraba incluso antes de abandonar el país, ¡Qué tranquilidad
le daba el saber que tenía familia con quien contar!
Aún a pesar de la deuda contraída I., tenía marcado su camino de emigrar a Brisbane, contando con el apoyo de su medio hermano allá.
Decirle
adiós a su gente fue difícil para I. se despidió de pocos amigos.
Sus padres la acompañaron al aeropuerto, y al cerrarse las puertas
del área de inmigración, los tres sintieron que al otro lado de la
puerta quedó un pedazo de su alma. En realidad, a pesar de que
fueron pocos, cada adiós le fue arrancando un jirón de corazón,
que ella después ya vería como iba a remendar. Pero por los
momentos, el show debía continuar, y la joven se montó en ese
avión, con la convicción de que sin saber cómo, iba a lograrlo.
Después de todo, al menos en Australia no iba a estar tan sola.
Tenía a su hermano mayor.
Tristemente,
pasa que a veces, los lazos de sangre no son suficientes para crear
afinidad entre dos personas; y que la ilusión que tanto tiempo había
tomado construir, se puede diluir en un instante.
Lastimosamente
para I., su historia no salió para nada de acuerdo a sus planes. Sus
desventuras apenas estaban por comenzar, para deleite de aquellos que
leerán su historia. Aun así, su camino, y todo lo que encontró en
él, terminó siendo mucho más de lo que ella esperaba.
Acompáñalaen nuestra próxima entrega… después de todo, 5 escalas, en 5
ciudades del mundo, en 5 días de viaje y con 0 duchas disponibles en
el camino, hicieron el trayecto bastante incómodo para nuestra
protagonista. Pero la verdad es que creemos que para el lector, esta
aventura será divertida.
Hasta
una próxima entrega.
About author: Maitana Delgado
En este orden: Ser humano. Mujer. Emigrante venezolana en Argentina. Hija, hermana, amiga. Psicóloga egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, Venezuela. Máster en Psiconeuroinmunoendocrinología de la Universidad Favaloro, Argentina en proceso. Facilitadora de Técnicas de Terapia Psicocorporal de ASOFIPSICOS. Escritora aficionada de mis aventuras desventuras. Practicante descoordinada, pero entusiasta, de pole fitness. Fiel creyente del humor como la mejor de las medicinas. Alma viajera con el monedero vacío, por los momentos. No puedo comer chocolate.
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